Según el canal panárabe Al Mayedeen, la familia del pequeño no pudo abrir un velorio para su hijo en la casa, debido a las medidas de la ocupación israelí.
La despedida de Al-Tamimi tuvo lugar en la aldea de Nabi Saleh, cerca de Ramala en Cisjordania y fue llevado a hombros por varios niños palestinos.
En declaraciones a la red informativa, la madre del infante exigió un juicio internacional que hiciera justicia a los niños de Palestina, especialmente a su hijo.
«Vi como la ocupación israelí ejecutaba a mi hijo», sentenció.
Al mismo tiempo, agregó que existen informes de las autoridades sionistas sobre la intención de demoler su vivienda.
El pequeño Mohammad Al-Tamimi falleció ayer al recibir un disparo israelí en la localidad de Nabi Saleh, al noroeste de Ramala, el pasado jueves por la noche, anunció el Ministerio de Salud palestino.
Ante este suceso, la cancillería de Palestina condenó la brutalidad israelí contra los niños, como expresión del sistemático ataque dirigido hacia la población de los territorios ocupados.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados reiteró el llamado a la comunidad internacional para que cumpla con sus obligaciones y brinde al pueblo palestino, incluidos los niños, protección con carácter de urgencia para salvar vidas humanas.
Con el martirio de Al-Tamimi, el número de niños muertos por las fuerzas israelíes aumentó a 28 desde principios de este año.
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