Gracias a la iniciativa del periodista César García Expósito, la efeméride marcó su origen en 1950 y se celebra cada 7 de junio en honor al natalicio del periodista e historiador Antonio Bachiller y Morales, considerado el padre de la bibliografía en Cuba.
Sin embargo, fue en el año 1981 que la celebración se instauró oficialmente con el propósito de enaltecer, no solo a editores y escritores, sino a quienes aportan esfuerzos en favor del desarrollo cultural y científico de la isla caribeña.
Como agasajo a ellos, la Asociación Cubana de Bibliotecarios (Ascubi), en coordinación con la Sociedad Cubana de Ciencias de la Información, confiere en esta fecha el Sello Conmemorativo Antonio Bachiller y Morales a profesionales e instituciones bibliotecarias con un desempeño sobresaliente.
Se conceden también varios galardones a los miembros de Ascubi con obras destacadas y una actitud consecuente con el código de ética de esta profesión.
Estos creadores trascienden los márgenes del tiempo y la tecnología para erigirse como un referente de obligada consulta que propicia al lector las vías más eficientes para acceder a la información solicitada.
Por sus aportes desde una acción educadora, cada año se desarrolla en esta capital la Jornada del Bibliotecario Cubano, dedicada en su XIV edición a las bibliotecas como espacios de inclusión social.
En esta oportunidad se desarrollan eventos de promoción y animación de la lectura como elemento esencial en el proceso de transformación de la sociedad, y se retoma la campaña Libros en movimiento, las lecturas de intercambio, el encuentro científico y el taller infantil Vamos a armar un libro.
Para este miércoles se prevé el Acto Nacional que rememora la efeméride en la Biblioteca Nacional José Martí, al tiempo que transcurrirán otras actividades en el Centro Histórico de La Habana.
Entre ellas, la presentación en la Calle de Madera de los resultados del taller infantil Vamos a armar un libro, y el homenaje del Sistema de Bibliotecas Especializadas a Emilio Roig de Leuchsenring y Eusebio Leal, en el Jardín Madre Teresa de Calcuta.
Estas acciones enaltecen y estimulan la labor inagotable de los bibliotecarios cubanos, baluarte de nuestra cultura.
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