Detalló que en América Latina y el Caribe casi el 90 por ciento de los productos médicos son importados, por lo que es imperativo reducir esta dependencia a las importaciones y la vulnerabilidad que trae aparejada, por las fluctuaciones que puedan existir en la cadena de suministro mundial.
En su opinión “uno de los principales errores que experimentamos como sistema de salud pública durante la pandemia fue que no fuimos capaces de garantizar un acceso equitativo a las vacunas, a los respiradores, a los medicamentos y a los equipos de protección personal, como mascarillas y guantes”, por eso debemos estar mejor preparados para el próximo evento.
Barbosa consideró que el camino a seguir es aumentar la capacidad de producción regional, algo que puede lograrse con proyectos que sean “estratégicos, viables y sostenibles”.
Comentó además la necesidad de una distribución equitativa de los fondos de la OMS entre sus regiones.
En la reciente Asamblea Mundial de la Salud, los países aprobaron un incremento del 20 por ciento de las contribuciones que hacen a la organización, pero si bien en la OPS se ha recibido un incremento de las contribuciones por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en los últimos años, todavía sigue siendo inequitativo, acotó.
En este contexto consideró clave destinar mayores recursos del nivel central de la OMS hacia las regiones y las oficinas de país para fortalecer la cooperación técnica en el terreno.
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