En presencia del jefe de misión del comando internacional, Aroldo Lazaro, y las Fuerzas de Defensa israelí, la delegación libanesa reclamó las tierras de las granjas de Shebaa, las colinas de Kfar Shuba y las afueras de la ciudad de Mari, que incluye parte de la expansión urbana de la ciudad de Ghajar; así como 13 regiones en la Línea Azul.
Durante el encuentro, Líbano responsabilizó al ente de Tel Aviv por las constantes violaciones a su soberanía por tierra, mar y aire; e instó a las Naciones Unidas a ejercer la máxima presión para detenerlos.
Subrayó la necesidad de retirar el alambre de púas colocado recientemente por el enemigo sionista en la zona donde el Líbano reserva la línea de retirada en Adayseh.
También pidió desmontar la valla que el Ejército sionista colocó en la colina de Ras al-Naqoura y las del muro construido en la entrada norte del túnel ferroviario en la misma zona entre Líbano y la Palestina ocupada.
La representación libanesa reafirmó el compromiso con las resoluciones de la ONU, en particular la 1701 y sus disposiciones a fin de garantizar la paz y la seguridad de la nación.
Desde el final de la guerra de 2006 en el sur de Líbano hasta el momento, son 161 las citas tripartitas periódicas celebradas al amparo de la Unifil como vía esencial de gestión de conflictos y fomento de la confianza.
A través de sus mecanismos de enlace y coordinación, la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas constituye el único foro mediante el cual los ejércitos libanés e israelí se reúnen oficialmente.
Los dos países están en situación de guerra desde el establecimiento del Estado de Israel en la tierra ocupada de Palestina y a lo largo de estos años muchos crímenes y ataques perduran en la memoria del pueblo de Líbano ante las ambiciones de Tel Aviv por apoderarse del agua del río Litani y la riqueza petrolera y gasífera.
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