El Edificio de Arte Cubano de la reconocida pinacoteca, en su Sala Transitoria, acoge la muestra hasta el 5 de septiembre la cual presenta formas líricas y nunca grotescas de la manera en que este importante artista trató el tema erótico.
«La memoria de los borrados» está dedicada a Joan Crawford, Pablo Picasso, Rigoberto López y otras grandes figuras públicas.
Estuvo a cargo de la presentación el profesor titular de la Universidad de las Artes, doctor en Ciencias Históricas Rafael Acosta de Arriba, quien se refirió a la trayectoria de Cabrera y su modo muy particular de tratar lo sensual en el cuerpo humano.
«Su pincel fue mucho más allá del arte de dibujar siluetas, mientras, captaba la esencia y la profundidad del cuerpo, por eso Servando fue un pintor que trascendió en el tiempo», disertó el especialista.
De Arriba manifestó que este creador de la vanguardia pictórica en Cuba llevó su obra a la cúspide de esa manifestación con una pasión única, además, de la entrega profesada durante tantos años.
Los lienzos de Cabrera fueron más allá de nuestras fronteras, según precisan algunos críticos, y en estos momentos se exponen ante diversos públicos sin censura, recuperando la esencia del erotismo que sobrepasa espiritualmente ese propio concepto.
En el vestíbulo se da un recorrido por las diferentes etapas de la trayectoria del creador, entre las que predominan obras de pequeño y mediano formato, con realce en el dibujo y la pintura sobre tela, explicaron los especialistas presentes y las curadoras Teresa Toranzo Castillo y Rosemary Rodríguez Cruz.
También se muestran vitrinas y montajes bidimensionales para apoyar las obras, y las motivaciones del pintor para realizarlas.
En la Sala Principal se exhiben grandes lienzos con los que se aprecia el tránsito de Cabrera por el cuerpo humano, con una visión desprejuiciada, lo cual da la medida de su compromiso con las causas justas y su mirada universal, explicaron.
Según palabras expresadas por algunos ponentes en el reciente Congreso Internacional de Patrimonio, fue un creador prolífico, de academia, de la cual luego hizo una verdadera escisión para romper paulatinamente con los cánones eruditos, aunque sus estudios hayan sido en la escuela de Bellas Artes San Alejandro.
Se nutrió de la savia de Pablo Picasso, quien, según reconoció en múltiples ocasiones el propio pintor cubano, constituyó la mayor influencia en su obra, agregaron.
Viajó por España, Italia y Grecia, y visitó por primera vez México y América Central, a donde llevó sus exposiciones, sin embargo, la influencia de los pintores Joan Miró y Paul Klee, dominó su breve y, a la vez, intensa experiencia abstracta, cuyos resultados expuso Cabrera en aquel país ibérico y en Francia.
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