Al amanecer los soldados israelíes demolieron la casa del prisionero palestino Islam Froukh e hirieron a seis personas, durante el allanamiento en la zona que desencadenó enfrentamientos con jóvenes.
Según el Ministerio de Salud, tres de los lesionados recibieron el impacto de proyectiles en cintura, pierna y brazo, y el resto por balas de goma o gases lacrimógenos, entre ellos, el reportero gráfico Moumen Sumrein.
El Ejército israelí completó la demolición de la casa de Froukh desde adentro debido a su ubicación en la primera planta de un edificio de cuatro pisos, desplazando a sus padres y cuatro hermanas.
Al prisionero Froukh las autoridades israelíes lo acusan de llevar a cabo el atentado con bomba en la estación doble de autobuses en la Jerusalén ocupada en noviembre pasado, que resultó en la muerte de colonos y decenas de heridos.
En paralelo a este hecho, los residentes en el poblado de Al-Mazraa, al norte de Ramala, respondieron al ataque de colonos que prendieron fuego al monte Harasha.
Al mismo tiempo, el ente enemigo en la continuación de su campaña de asaltos detuvo al menos a 23 palestinos de todos los territorios ocupados, la mayoría de ellos de la ciudad de Beita en el norte de Cisjordania.
De acuerdo con la agencia Wafa, entre los arrestados aparecen dos niños del pueblo de Biddo, al noroeste de Jerusalén.
Hasta el 29 de mayo último, las fuerzas israelíes mataron a 112 palestinos en Cisjordania, incluida Jerusalén Este, además de causar heridas en 409 ciudadanos, de ellos 41 niños, precisó la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas.
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