El Centro Cultural Félix Varela en La Habana Vieja, resultó el espacio ideal para la cata de una selección de más de una decena de variedades de vinos creados y producidos por vinicultores nacionales, y que despertó el interés del público nacional y extranjero asistente.
Dicho encuentro acogió la exposición y posterior degustación de varios productos de los proyectos Rodrigar, D’Maza, Deroymas y Fariñas, todos pertenecientes al Club de Vinicultores de la ciudad conocido como La Giraldilla, entre los cuales sobresalían vinos de uvas tintos, blancos y rosados, secos y semisecos de frutas (naranja, tamarindo, limón).
Se trata de proyectos de nuevos actores económicos en el panorama de la isla de acuerdo con los programas del Gobierno.
También se presentaron y pusieron a disposición de los asistentes, entre los que se encontraban estudiantes, profesionales de diferentes ramas, periodistas, escritores y hombres de negocios, vinos de arándanos, manzana, pasas, ginebra y vermut, entre otros.
La participante Gabrielle Saavedra, una turista española procedente de la comunidad autónoma de Cataluña, y de visita en La Habana, resaltó los sabores de algunos de los productos catados en el sitio, y que jamás imaginó serían de tan alta calidad.
En tanto, Ralf Broski, empresario norteamericano, aseguró sentirse impresionado por los vinos elaborados en la isla, y en especial de los productores, que pese a las dificultades económicas son capaces de crear productos inimaginables.
Los productores de vinos cubanos tienen hoy la suficiente experiencia y las condiciones para ampliar e incrementar la calidad en la creación y elaboración de sus bebidas, afirmaron en ese encuentro.
Por su parte, Carlos F. Sánchez, propietario de Bodegas del Barrio -una iniciativa comunitaria-, señaló que su entidad se encuentra en condiciones de mejorar sus productos, así como de aumentar la variedad y el monto de las propuestas, que ya superan las admitidas para un solo productor.
Otros miembros de La Giraldilla, como De Joyax, Rocas y Sabor, De Masa y Familia, Vinos 1472 y Vinos La Villa, todos de la capital, ratificaron sentirse en condiciones de incrementar la producción y la calidad de los licores que elaboran.
Según dijeron los organizadores, este tipo de encuentro apareció hace una década con el nombre de Club de Vinicultores La Giraldilla y agrupa a una cuarentena de emprendedores productores y comercializadores de vinos artesanales privados de La Habana.
Bodegas del Barrio (mipyme, pequeña empresa), por ejemplo, fue creada en 2014, en el municipio de Centro Habana, y en la actualidad vende 500 botellas mensuales de los vinos tinto de mesa, tinto dulce, vermut, rosado dulce y de frutas.
Esos productos, explicaron sus integrantes, son elaborados con miel de pasas, guayaba, marañón y tamarindo, entre otros, así como de rosas.
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