La terapia hormonal se puede indicar para aliviar los síntomas de la menopausia, en la atención para afirmación de género y en la anticoncepción.
Estudios realizados indican que algunas terapias hormonales pueden reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares en mujeres menopáusicas menores de 60 años o para quienes han pasado menos de 10 años desde la menopausia.
Sabemos que los estrógenos ingeridos por vía oral se metabolizan a través del hígado, y esto se asocia con un aumento de los factores que pueden provocar una presión arterial más alta, explicó Cindy Kalenga, especialista de la Universidad de Calgary, en Canadá, autora principal de la investigación.
La pesquisa involucró a un grupo de más de 112 mil mujeres, de 45 años de edad o más, que surtieron al menos dos recetas consecutivas (un ciclo de seis meses) de medicamentos para la terapia hormonal con estrógeno únicamente, entre los años 2008 y 2019.
Las dos formas más frecuentes de estrógeno que usaron las participantes fueron el estradiol y el estrógeno conjugado de origen equino.
El análisis determinó que las mujeres que recibían terapia con estrógeno por vía oral tenían un riesgo 14 por ciento mayor de desarrollar presión arterial alta en comparación con las que usaban estrógeno transdérmico, y un riesgo 19 por ciento más comparadas con quienes empleaban cremas u óvulos vaginales.
En comparación con el estradiol, el estrógeno conjugado de origen equino se asoció con un riesgo ocho por ciento más de desarrollar hipertensión.
En opinión de Kalenga, los hallazgos del estudio sugieren que si una mujer menopáusica recibe terapia hormonal, existen diferentes tipos de estrógeno que pueden tener menores riesgos cardiovasculares.
Estos pueden incluir dosis bajas de estrógeno no oral, como el estradiol, en formas transdérmicas o vaginales, durante el período más corto posible, según los síntomas individuales y la relación riesgo-beneficio, indicó la científica.
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