A pocas jornadas de la duodécima sesión parlamentaria para elegir al nuevo jefe de Estado, Qassem enfatizó la posición clara del líder del Movimiento Marada en la defensa de la independencia y la liberación de la nación levantina.
El dirigente de Hizbulah rechazó cualquier acuerdo con las instrucciones estadounidenses, así como los intentos de vender la sangre de los mártires y apuñalar por la espalda a la resistencia.
A propósito de la convocatoria legislativa del miércoles, reafirmó la participación de los diputados de Hizbulah y el voto por el ministro Franjieh.
Qassem indicó que la presidencia de la República no es para ajustar cuentas o intimidar, sino para rescatar; y en ese sentido, repudió la confrontación, la angustia y el monopolio que promueven algunas fuerzas.
Tras casi cinco meses en pausa, el Parlamento de Líbano retomará el día 14 de junio la jornada de votación para elegir al próximo mandatario, luego del fracaso de 11 sesiones desde el 29 de septiembre último.
Hasta el momento, Franjieh cuenta con el respaldo del dúo chiita Amal e Hizbulah junto a un grupo de diputados sunitas e independientes; mientras, el representante de la oposición el exministro de Finanzas Jihad Azour recibe el apoyo de la Corriente Patriótica Libre, las Fuerzas Libanesas, el Kataeb y el Partido Socialista Progresista.
A la luz del deterioro económico y bajo un gobierno interino de limitados poderes constitucionales, Líbano intenta designar al jefe de Estado número 14 después de la independencia, tras la conclusión del mandato de Michel Aoun, el 31 de octubre.
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