A más de siete meses de vacío de poder, el comité coordinador puntualizó que la designación del nuevo jefe de Estado de la República constituye el camino natural y obligado para reconfigurar la autoridad, preservar las instituciones y aliviar el sufrimiento de los ciudadanos.
Sobre el fracaso de la duodécima sesión del Parlamento, las fuerzas nacionales rechazaron los intentos de imponer chantajes políticos con títulos falsos, cuyo contenido es la dependencia voluntaria de los enemigos del Líbano.
En esta línea de pensamiento, indicaron que el nombramiento del presidente es la única vía de confianza y dignidad de Líbano para abordar los desafíos con un espíritu de conciencia y responsabilidad.
A propósito, coincidieron en la urgencia de analizar el escenario político de manera realista a la luz del consenso regional y en beneficio del país para mejorar la condiciones sociales, económicas y financieras de los libaneses.
El Parlamento de Líbano sufrió ayer otra derrota en el intento de elegir al sucesor de Michel Aoun, quien terminó su mandato al frente del Estado el 31 de octubre anterior.
Los candidatos Jihad Azour y Suleiman Franjieh obtuvieron 59 y 51 votos, respectivamente; para ratificarse como las principales opciones de la comunidad cristiana maronita hacia el Palacio Presidencial de Baabda.
Bajo un gobierno interino de limitados poderes constitucionales, Líbano sortea las obstáculos de la cuarta etapa de vacancia después de la independencia, en ausencia de consenso político y en medio de la peor crisis de su época moderna.
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