Indica además que un solo residente sigue desaparecido en la ciudad de Caraá, que tiene cerca de ocho mil habitantes.
Datos de la estatal Agencia Brasil señalan que más de tres mil 200 personas quedaron sin hogar y cerca de cuatro 300 fueron desplazadas después que la fuerte tempestad golpeara partes de Rio Grande do Sul y de otro estado, Santa Catarina.
Este última región no registra fallecidos y desapariciones por el fenómeno climático. Hasta el domingo pasado, el nivel del agua que inundaba los municipios disminuyó y las autoridades trabajaban para recuperar los lugares en los cuales hubo deslizamiento de tierra.
La Defensa Civil de Rio orienta a las personas que desean regresar a su residencia que verifiquen primeramente las condiciones estructurales y de seguridad. «Higienice el lugar y todo el material que haya tenido contacto con el agua. Comunique a las autoridades si identifica riesgos», alerta el organismo.
El Centro Nacional de Gestión de Riesgos y Desastres Naturales informó que el ciclón se desplazó hacia el océano y la preocupación ahora será con las bajas temperaturas, pues comienza el invierno.
Determinada literatura precisa que el ciclón extratropical es un sistema de baja presión atmosférica que surge fuera de los trópicos. Se asocia con los frentes fríos y se encuentra en latitudes medias y altas.
En el hemisferio sur, tales inclemencias giran en el sentido de las agujas del reloj, según el Instituto Nacional de Meteorología y el Centro de Previsión Meteorológica y Estudios Climáticos.
Junto con un frente frío, el ciclón que azotó el sur de Brasil se formó en el océano Atlántico la semana pasada.
El área de baja presión y los altos niveles de la atmósfera potenció la formación de la tormenta en tierra, transportando la humedad del océano para el continente.
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