En un comunicado conjunto, informaron también que el Ministerio de Relaciones Exteriores inició un proceso de diálogo diplomático para que, a través de un acuerdo bilateral, se permita la realización de acciones de búsqueda e identificación en dicho territorio.
«Se trata de un acuerdo de cooperación inédita entre las dos naciones, con un fin humanitario y en pro de reparar a las víctimas cumpliendo con el deber que tiene el Estado en esta materia», explicaron en el documento.
Los canales diplomáticos que previamente habían estado cerrados impedían el trabajo conjunto para concretar investigaciones encaminadas a esclarecer la verdad, señalaron en el texto.
Ahora, que se restablecieron plenamente los lazos entre ambos países, se ha hecho manifiesta la voluntad expresa de cooperación, expresó y destacó la experiencia y el trabajo técnico de la UBPD para avanzar en los procesos de reparación y en la búsqueda transfronteriza, enfatizaron.
«El conflicto colombiano trascendió las fronteras nacionales y afectó de manera indiscriminada los territorios y las poblaciones de los países vecinos. Así como no tuvo fronteras el conflicto, no deben existir fronteras para las acciones que intentan restaurar el daño causado», explicaron.
La UBPD busca aportar al derecho del conocimiento de la verdad de las víctimas por la violación de sus derechos humanos, en casos de desaparición forzada y por su lado, la Cancillería apunta al fortalecimiento de las garantías de no repetición, a través de actos de reconocimiento extrajudicial.
La Cancillería desarrolla una agenda de no repetición y, en ese contexto, en el corregimiento fronterizo de Juan Frío, Norte de Santander, frente a un horno crematorio utilizado por el bloque paramilitar Catatumbo para desaparecer personas, tuvo lugar un acto de reconocimiento extrajudicial de parte de Salvatore Mancuso con algunas de sus víctimas.
En ese acto, y posteriormente también en la audiencia ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), Mancuso, indicó que tendría conocimiento de la ubicación de cuerpos que podrían corresponder a personas dadas por desaparecidas en suelo venezolano, detallaron en el comunicado.
Mancuso es un narcotraficante y exjefe paramilitar, excomandante de las Autodefensas Unidas de Colombia. Se desmovilizó en 2005 y fue extraditado a Estados Unidos en 2008.
Se le acusa de cometer decenas de miles de crímenes en territorio colombiano y ha reconocido su participación en por lo menos 300 asesinatos.
Acogido a la justicia transicional, durante las audiencias ante la JEP, Mancuso, quien lideró el bloque Catatumbo en el departamento fronterizo de Norte de Santander, mencionó que las víctimas de desaparición forzada de este bloque eran enterradas en fosas comunes en Venezuela en coordinación con militares colombianos.
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