De acuerdo con una nota publicada este miércoles por la oficina de prensa del Vaticano, en el contacto ambos dignatarios subrayaron la buena colaboración que existe entre la Iglesia católica y el Estado brasileño, en interés de la promoción de los valores morales y del bien común.
El Sumo Pontífice y Lula valoraron la situación sociopolítica de la región sudamericana y se centraron en algunos temas de interés común, entre estos los de la promoción de la paz y la reconciliación, la lucha contra la pobreza y las desigualdades, así como el respeto a los pueblos indígenas y la protección del medio ambiente.
El Papa entregó al visitante el Mensaje por la Paz de este año, además del Documento sobre la Fraternidad Humana, el libro sobre la Statio Orbis del 27 de marzo de 2020, y el bajorrelieve en bronce «La paz es una flor frágil».
Por su parte, el mandatario brasileño obsequió al Obispo de Roma un grabado en madera del artista José Francisco Borges, además de una estatua de Nuestra Señora de Nazaret de Belém.
La Santa Sede y Brasil mantienen relaciones diplomáticas desde 1826 y la institucionalidad del diálogo está basada en el Acuerdo Relativo al Estatuto Jurídico de la Iglesia Católica en Brasil.
Este encuentro constituyó una oportunidad para repasar la convergencia que caracteriza la pauta bilateral y multilateral de la relación en temas como la paz y seguridad internacional, el desarme y no proliferación, así como los de derechos humanos, refugiados, globalización, además del combate al hambre y a la pobreza.
Luego de su audiencia con el Papa, el mandatario brasileño sostuvo un diálogo con monseñor Edgar Peña Parra, suplente para Asuntos Generales de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, agregó la fuente.
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