Xi urgió dar lo antes posible con la causa del siniestro y también instruyó máximos esfuerzos para salvar las vidas de los siete lesionados, incluido uno muy crítico.
El mandatario, igualmente, ordenó una revisión exhaustiva de los todos los comercios e industrias del país, a fin de detectar riesgos a la seguridad, hacer las debidas rectificaciones y evitar potenciales accidentes.
Tras sus instrucciones, un equipo del Gobierno viajó a Ningxia Hui para guiar las labores de rescate tras la explosión, ocurrida anoche exactamente en una populosa calle de la capital de ese territorio, Yichuan.
Según trascendió hasta ahora, la tragedia la originó un escape de gas licuado en la cocina de una parrillada.
La policía arrestó y congeló los bienes de nueve personas, entre ellos al dueño del restaurante, accionistas y trabajadores, por ser sospechosos de tener responsabilidad en el suceso.
Además, sigue adelante con la identificación de las víctimas, mientras desarrolla la pesquisa.
La explosión ocurrió justo al comienzo de varios días de feriados en China por el Festival del Bote del Dragón, un período que implica desplazamientos masivos de la población, un alza en las visitas a centros recreativos y un «boom» en las actividades de consumo.
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