La Presidencia de la República, que maneja la información sobre la emergencia hídrica declarada en esta región, informó que la represa tenía el miércoles un caudal de dos millones 753 mil 795 metros cúbicos de agua, de una capacidad total de 67 millones de metros cúbicos.
Esto quiere decir que allí queda apenas un 4,11 por ciento de agua, cual expresión de una tendencia diaria y cada vez más acelerada a la disminución, en medio de la sequía que persiste por tercer año consecutivo.
A manera de ejemplo, el 9 de junio estaba a 6,5 por ciento de su capacidad y cinco días después la cifra bajó al 5,6 por ciento del total.
En esta coyuntura la empresa Obras Sanitarias del Estado lleva varias semanas mezclando el agua dulce de San Severino con tomas más cercanas al Río de la Plata, con un producto más salado, a fin de mantener el suministro para una población de dos millones de habitantes.
Luego de dos pedidos al Ministerio de Salud Pública para aumentar los niveles de sodio y cloruro en el suministro que llega a los hogares, ahora OSE espera el visto bueno sanitario para nuevo incremento.
Por su parte el decano de la Facultad de Química, Álvaro Mombrú, mostró su preocupación por la calidad del agua y sus niveles de sodio, que, apuntó, afectan la salud humana.
Mombrú recomendó no beber el agua que suministra OSE por las cañerías y los grifos de las viviendas.
Se trata de un agua bebible pero no potable, según el ministro de Ambiente, Robert Bouvier.
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