Cui Hongjian, directivo del Instituto nacional de Estudios Internacionales, dijo al diario Global Times que el clima negativo guarda más relación con el endurecimiento a las inversiones y los negocios desde la Unión Europea (UE), que con las políticas del gigante asiático.
El analista hizo tal reflexión en referencia al sondeo emitido este miércoles por la Cámara de Comercio de la UE en China y el cual reveló la salida de 11 por ciento de los encuestados, mostró un ocho por ciento con planes adelantados para moverse hacia otros destinos y un deterioro generalizado del sentimiento de las empresas.
Según Cui, actualmente las firmas europeas presentes aquí enfrentan mayores obstáculos y limitaciones impuestas por la UE. Sustentó su afirmación en la reciente estrategia de seguridad de la Unión y el énfasis en reducir la dependencia económica de China mientras persigue evitar riesgos y controlar las inversiones en países fuera del bloque.
De hecho, Cui la consideró la “causa real” detrás de la caída de la confianza del empresariado europeo en el estado oriental.
Con su estrategia, Bruselas quiere asegurarse de que “los capitales de las corporaciones de la UE, su conocimiento, sus investigaciones y capital intelectual no sean usados de manera abusiva por ciertos países ni en aplicaciones militares».
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, comentó que respecto a China buscarán una relación equilibrada y diversificarán las cadenas de suministros.
Esta semana el primer ministro del gigante asiático, Li Qiang, está de gira por Alemania y Francia, y se espera permita dar certidumbre a los nexos estratégicos con esos países y el grupo comunitario.
A juicio de expertos aquí, con este periplo Beijing ilustra la gran importancia que concede al desarrollo estable de los lazos y la cooperación desde una perspectiva estratégica con Berlín, París y la UE en general.
Pero el viaje se produce en un escenario de divergencias luego que la Comisión Europea decidiera no usar más los servicios brindados por las tecnológicas chinas Huawei y ZTE, bajo el argumento de que son un riesgo para la seguridad de la región.
Frente a ese panorama, Beijing denuncia el acoso a sus firmas, exige a los europeos cumplir con las leyes del comercio internacional y recalca la apuesta por una cooperación pragmática y beneficiosa para todas las partes.
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