Los acusados cometieron delitos de trata de personas y de tráfico ilícito de migrantes entre 2013 y 2015, se enfrentan hasta 15 años de cárcel y multas, según el diario malasio Harian Metro.
Uno de ellos está entre las 10 personas buscadas por la Policía por supuesto vínculo con el hallazgo en 2015 de 139 fosas con cientos de cuerpos de inmigrantes en un campamento abandonado cerca Wang Kelian, en el norte del país y a 500 metros de la frontera con Tailandia, donde también se encontraron otras fosas.
El norte de Malasia forma parte de la ruta empleada por los traficantes de personas para enviar gente procedente de Myanmar a países del sudeste asiático.
La mayoría de ellos pertenecen a la minoría rohingyá, de Myanmar, o proceden de Bangladesh.
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