Mediante una declaración, la cancillería condenó la intensificación de los crímenes militares del ente de ocupación, la usurpación de más tierra y el desplazamiento de los palestinos.
La institución consideró tal escalada una destrucción sistemática y deliberada de la posibilidad de establecer un estado palestino independiente, de acuerdo con las resoluciones de legitimidad internacional.
A propósito, rechazó el robo de tierras y bienes de los palestinos en los territorios ocupados, a la vez que saludó la adhesión del pueblo a sus legítimos derechos y su heroica defensa de los mismos.
En este sentido, el Ministerio también llamó a la comunidad internacional a ser consciente de las consecuencias de descuidar el proceso de paz y no responsabilizar a los funcionarios israelíes por su enfoque agresivo.
Sobre este tema, la Resistencia islámica libanesa (Hizbulah) denunció ayer el hecho de quemar una copia del Sagrado Corán, el asalto a viviendas y la destrucción de cultivos por parte de bandas de colonos en las aldeas de Urif y Turmus Aya, en el sur de Cisjordania.
A través de un comunicado, calificó tal ofensa de un delito grave y un acto que viola todos los valores religiosos, humanos y morales y constituye un insulto a las naciones árabes e islámicas.
En esta línea de pensamiento, Hizbulah reclamó a los gobiernos y a las organizaciones internacionales y de derechos humanos hacer todo lo posible para condenar este acto criminal y tomar las medidas necesarias para evitar tales hechos bajo la protección de las autoridades israelíes.
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