En dos jornadas, el diplomático repasó el entorno bilateral y también internacional con su par anfitrión, Qin Gang; el presidente Xi Jinping, y Wang Yi, jefe de la Comisión de Asuntos Exteriores del Partido Comunista de China.
De esos encuentros se desprendió un aumento de las interacciones de alto nivel, del contacto pueblo a pueblo y de las conexiones aéreas, mientras las partes manejan y buscan soluciones a sus diferencias.
Una nota oficial mencionó la determinación de seguir adelante con las consultas sobre los principios rectores de los vínculos bilaterales y ventilar en los grupos de trabajo aquellas cuestiones más específicas de los mismos.
Igualmente, estuvieron de acuerdo en implementar los entendimientos de los presidentes Xi y Joe Biden, avanzar en el diálogo y en la cooperación.Tanto Beijing como Washington calificaron las reuniones de “cándidas, constructivas y amplias”.
Pero más allá de los consensos, en todas las pláticas tocaron a fondo las inconformidades vinculadas a Taiwán, los derechos humanos, la guerra económica y otros temas que mantienen las relaciones en su peor momento de la historia.
China insistió en la coexistencia pacífica, la cooperación de ganancia compartida y el respeto mutuo, tras deplorar la injerencia en sus asuntos internos, negar pretensiones hegemónicas y urgir racionalidad y objetividad desde Washington.
Exigió dejar de exagerar la teoría sobre la supuesta amenaza china, levantar las sanciones unilaterales contra el país y abandonar el acoso científico-tecnológico.
De su lado, Blinken habló de la importancia de la diplomacia y de mantener abiertos los canales de la comunicación a fin de evitar riesgos y malentendidos.
Citó también puntos preocupantes y oportunidades para explorar la colaboración en cuestiones globales, pero indicó que Estados Unidos y sus aliados defenderán la visión de “un mundo libre, abierto y con un orden internacional basado en reglas”.
Para algunas voces, este viaje del secretario de Estado envió señales positivas al mundo sobre las intenciones de ambas partes de estabilizar sus lazos, mientras que en otras no despertó grandes expectativas sobre un verdadero deshielo.
Por lo pronto, el ambiente de discordias continúa y se avivó esta semana con nuevas alegaciones acerca de un supuesto centro de entrenamiento militar chino en Cuba, ofensas de Biden a Xi y el encarcelamiento de ciudadanos del país asiático por persuadir a compatriotas fugitivos para enfrentar la justicia.
(Tomado de Orbe)
Pie de foto: El secretario de Estado Antony Blinken junto al ministro de Relaciones Exteriores de China, Qin Gang (derecha).