Todo el mundo conoce quiénes quieren la guerra, a qué intereses responden y quién busca desatarla a cualquier precio, consideró el mandatario serbio en una conferencia de prensa transmitida aquí.
Serbia para nada desea un conflicto, pero ellos también conocen que todo tiene un límite. Haremos todo lo posible para mantener la paz y siempre estaremos abiertos a un compromiso, declaró el jefe de Estado.
Yo espero muchas situaciones difíciles para nosotros en un futuro próximo, pero estoy casi seguro, que las potencias occidentales presentarán una idea genial en un texto, en el cual ni siquiera se tendrá en cuenta nuestra opinión, advirtió Vucic.
Espero muchos problemas y tensiones, admitió el presidente serbio, quien estimó que con sus acciones contra la minoría serbia en el norte de Kosovo, el primer ministro de esa autoproclamada república, Albin Kurti, busca provocar una guerra en el corazón de Europa.
Vucic se refería a las insistentes limitaciones impuestas por las autoridades kosovares para el paso a Kosovo de camiones con placas de Serbia, cuyas autoridades consideran a esa región como su provincia, tal y como se reconoce en acuerdos firmados a mediados de 1999.
La Unión Europea (UE) presiona a Belgrado para hallar un entendimiento con Pristina como una de las principales condiciones para aceptar el pedido de Serbia a ingresar a ese bloque comunitario. Kosovo, cuyo reconocimiento como república carece del respaldo de varios países de la UE, celebró elecciones municipales en el norte de esa región, donde los serbios son mayoría, en medio del boicot de esa comunidad a ese proceso.
Ante la insistencia de Pristina de imponer sus alcaldes en el norte kosovar, cientos de serbios protestaron contra esa medida que llevaron a Belgrado a poner en estado de alerta a sus fuerzas armadas.
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