El regreso seguro de estos desplazados es una meta suprema del Estado sirio, dijo Al-Assad durante su recibimiento en esta capital a Martin Griffiths, el secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador del Socorro de Emergencia de las Naciones Unidas (OCHA, por sus siglas en inglés).
Agregó que este proceso requiere la reconstrucción de las estructuras dañadas en los pueblos y ciudades hacia donde van a retornar estas personas, además de la rehabilitación de las instalaciones de servicio e implementar proyectos de recuperación temprana.
El gobernante destacó que las instituciones estatales sirias han tomado muchas medidas para facilitar este regreso y están trabajando para asegurar servicios dentro de las capacidades disponibles.
Griffiths, por su parte, presentó al presidente Al-Assad el plan de acción de la organización internacional para la próxima etapa con el fin de apoyar los proyectos de recuperación temprana en Siria y movilizar los esfuerzos para ayudar a garantizar las condiciones adecuadas para el regreso de los refugiados.
En el mismo contexto, el ministro sirio de Asuntos Exteriores, Faisal Al-Mekdad, repasó con Griffiths los avances que se han logrado gracias a la cooperación entre Siria y las agencias humanitarias de Naciones Unidas.
Destacó la importancia de detener la politización del expediente humanitario y cumplir las resoluciones de la ONU que enfatizan la necesidad de respetar la soberanía, la independencia y la integridad territorial de los estados.
El ministro sirio de Administración Municipal, Hussein Makhlouf, había revelado que el número de desplazados sirios que retornaron a sus hogares desde 2018 ascendió a 2.5 millones, para un total desde 2011 de seis millones.
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