UBS podría suprimir hasta 30 por ciento de su plantilla combinada, que se amplió a 120 mil personas tras el rescate financiado por el Estado a principios de este año, pero declinó hacer comentarios, mientras que el Credit Suisse no respondió de inmediato.
Estos planes indican que el UBS quiere absorber el negocio nacional del Credit Suisse, racionalizando las operaciones y recortando costos en el proceso, una decisión controvertida que podría desencadenar preocupaciones sobre el dominio del mercado nacional del banco.
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