El artista, también compositor y arreglista, dispersó toda su habilidad y grácil temperamento sobre la escena en la que interpretó buen jazz, soul y ritmos cubanos, además, de un pequeño homenaje a la llamada reina del tex-mex, Selena.
«Cuando supe que íbamos a tocar en uno de los teatros más hermosos de La Habana, tuve que cantarle a esta ciudad con un tema de jazz específico para ella», comentó.
«Afortunadamente también aprendí un poco acerca de la religión Yoruba y conocí cómo en los países del Caribe, sobre todo, en los hispanohablantes, las letras de las canciones son poesía», agregó Hoard.
El carismático intérprete demostró, además, sus conocimientos de instrumentos, entre ellos, del piano, el cual «acarició» con maestría al acompañar a una de sus compañeras de la banda.
Inquieto, con soltura y, a la vez, majestuosidad al andar, al punto de «saborear» el escenario, Hoard invitó también a su espectáculo a estudiantes del Teatro Auditorium «Amadeo Roldán», quienes acompañaron al maestro con la ejecución de la flauta y el saxofón.
«Muchos de mis amigos son de ascendencia latina», refirió y agregó en este punto acerca de cuándo se aprendió la canción de Benny Moré, el Bárbaro del Ritmo, el tema «Cómo fue».
Hoard despidió el espectáculo con un popurrit que incorporó salsa, jazz y la pegajosa «Quimbara», del puertorriqueño Junior Cepeda, con la cual el público bailó.
El artista estadounidense protagonizará otra función a las 19:00 hora local del jueves en el Teatro del Museo Nacional de Bellas Artes.
La capacidad lírica de este artista queda demostrada a través del jazz, soul y gospel, lo cual le dio renombre en la escena de Nueva York, con presencia en importantes escenarios de su país, junto a grandes agrupaciones y músicos, como Bryan Carter y su Young Swangers Orquesta.
La visita del intérprete a la isla culminará el 30 de junio, avalada por el Ministerio de Cultura de Cuba y el Instituto Cubano de la Música.
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