En declaraciones al canal panárabe Al Mayadeen, el titular libanés denunció su exclusión de asistir a la conferencia de Bruselas y el alcance de la corrupción generalizada en el organismo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y en algunos funcionarios del país.
Sobre la no asistencia a la reunión de Bruselas a mediados de mes, Hajjar subrayó que como ministro sus posiciones no son bienvenidas por la EU ni por las organizaciones internacionales.
En este sentido, manifestó que los europeos no aceptan a quienes no están de acuerdo con ellos, aunque vivan en países democráticos, pero tienen dos lógicas diferentes que impiden la paz, una dentro de la comunidad y otra para el exterior.
Al respecto de la conferencia, indicó que el mensaje del bloque fue recibido en la región sobre la dependencia del futuro de los desplazados sirios a una solución política en Damasco.
De esta forma, el ministro enfatizó que Occidente tiene una preocupación, que por supuesto no es en interés de las personas que acogen a los sirios, sino impedir la llegada de los refugiados a Europa.
En esta línea de pensamiento, puntualizó que la UE quiere a los desplazados en un lugar lejano fuera de su territorio y apuesta en el futuro a utilizarlos como carta en las negociaciones para el rediseño de los mapas de la región.
A la luz de las dificultades económicas, la autoridad libanesa comentó sobre el trabajo junto a Acnur y asociaciones locales para gestionar todos los campamentos a nivel humanitario y hacer un seguimiento del registro de nacimiento para aliviar la tensión entre la comunidad de acogida y los desplazados.
El funcionario libanés pidió a la sociedad occidental formar un comité independiente para evaluar la condición psicológica de los niños y las niñas, estas últimas casadas desde bien temprano.
De acuerdo con datos de la Seguridad General libanesa, alrededor de dos millones 80 mil sirios viven en territorio nacional, de los cuales más de 540 mil regresaron voluntariamente a su país tras el comienzo del plan de retorno en 2017.
En octubre de 2022, Líbano retomó el programa de regreso sirio a su país, bajo el impulso del entonces presidente de la República, Michel Aoun (2016-2022), y el exdirector de Seguridad General, Abbas Ibrahim.
Según reportes de entidades de Naciones Unidas, nueve de cada 10 refugiados de Siria viven en la extrema pobreza en diferentes comunidades de acogida en Líbano, ante el agravamiento de la crisis económica y la dificultad para pagar la electricidad, el agua, la educación, salud y alimentación.
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