Por Ernesto Hernández Lacher
De la Redacción Internacional de Prensa Latina
Como consecuencia, el líder de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) puso su cargo a disposición del partido y habló de la necesaria renovación de esa fuerza política ante la imposibilidad de ofrecer una alternativa fuerte y más atractiva que la de Nueva Democracia (ND) que basó su campaña en logros económicos. Su victoria es calificada de histórica, pues rompió varias marcas añejas al ser el primer jefe de Gobierno desde 1974 que mejoró sus resultados después de una legislatura en el poder.
No obstante, en el mandato previo hubo escándalos que amenazaron su popularidad, como un caso de escuchas telefónicas a un político opositor y a periodistas, pero el electorado respaldó al partido que tuvo a su favor la muestra de herramientas garantes de una recuperación financiera.
También no pocos ciudadanos percibieron retrocesos democráticos que se traducen en la poca libertad de prensa y una política migratoria calificada de dura por el propio Mitsotakis, quien prometió, además, proteger las fronteras y reducir la llegada de migrantes.
Durante su gestión previa, recibió duras críticas por las llamadas devoluciones en caliente y el rechazo de embarcaciones de migrantes en el mar, algo que Atenas niega pero que desde la Unión Europea (UE) califican de violaciones flagrantes del derecho internacional.
Además, los campos de refugiados abiertos cerca de las fronteras fueron reemplazados por centros de acceso «controlados y cerrados», financiados por la UE.
Tras el escrutinio, el ND logró 158 de los 300 escaños del legislativo lo que lo convierte en el partido conservador con los mejores resultados de toda Europa.
Ante esa realidad, el líder de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), Alexis Tsipras, dijo que sería el primero en someterme al juicio de los afiliados.
Vamos a convocar a la militancia para juzgarnos a todos (…) Fue la campaña electoral más difícil y bonita en la que hayamos participado, y significa el cierre de un ciclo histórico, agregó.
INVESTIDURA DEL NUEVO GOBIERNO
La ceremonia de investidura del gabinete, transmitida en directo por la televisión pública ERT, se celebró en la sede de la presidencia y presidida por el arzobispo Jerónimo II de Atenas, primado de la iglesia ortodoxa del país.
El recién instalado gobierno está marcado por la continuidad y la presencia de sólo cuatro mujeres.
Destaca como ministro de Relaciones Exteriores Yorgos Yerapetritis, anterior jefe de la cartera de Estado y estrecho colaborador de Mitsotakis.
Nikos Dendias, jefe de la diplomacia griega durante los últimos cuatro años, asumió el Ministerio de Defensa, un cargo de gran importancia.
En tanto el ministerio de Finanzas será encabezado por el anterior titular de Trabajo, Kostís Jatzidakis, mientras que el de Migración y Asilo estará a cargo del diputado conservador Dimitris Keridis, que no formaba parte del Ejecutivo anterior.
Al conocerse los resultados oficiales, Mitsotakis prometió grandes reformas con el objetivo, precisó, de convertir a Grecia en un país «más próspero y justo».
Expertos achacan su victoria precisamente a la gestión económica, aunque ese indicador aún no alcanza los niveles previos a la crisis de la deuda de 2010.
La población reconoce las subidas de pensiones y sueldos, la llegada de inversiones y que el país tenga un crecimiento superior a la media de la UE, según estados de opinión divulgados por la prensa local.
Mitsotakis dijo que «será el primer ministro de todos los griegos» y que los principales objetivos de su Gobierno serán la estabilidad de los salarios, el fortalecimiento de la sanidad pública y modernizar un Estado que en varios sectores muestra claras deficiencias.
Cabe destacar que esta es la primera vez desde el estallido de la crisis financiera que un primer ministro heleno logra ser reelegido tras un mandato de cuatro años.
TSIPRAS RECONOCIÓ SU DERROTA
Ante esos resultados, el líder de la Coalición de la Izquierda Radical, Alexis Tsipras, los calificó de “resultado negativo” y de “cierre de un ciclo histórico”.
Es un desenlace contraproducente, sobre todo, aseguró, para la sociedad y la democracia, en referencia a la presencia de tres partidos de ultraderecha en el Parlamento.
La dirección del partido de Tsipras es la responsable, afirmó, a la vez que abogó por la vigilancia democrática y por la toma de decisiones rápidas para poner fin a las actitudes que tanto nos han costado.
Tsipras habló de trabajar metódicamente y contra reloj para “nuestro regreso, pues las elecciones europeas se llevarán a cabo dentro de un año”.
El líder de Syriza es recordado como el primer ministro que casi sacó a Grecia de la zona Euro.
Ahora el objetivo de esa fuerza política es detener su propio declive y recuperar la confianza en los electores que entregaron su voto al ND con la esperanza de superar la crisis económica y volver a la senda de la estabilidad.
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