Luego de protestas masivas la pasada semana, los dirigentes drusos enviaron una carta al primer ministro Benjamin Netanyahu para presentar evidencias de numerosas irregularidades en las aprobaciones, incluida la suplantación de personas.
La misiva, de 43 páginas, fue entregada a las autoridades por el abogado Nasser Kais en nombre de los residentes de la zona, según la versión electrónica del diario Haaretz.
Una copia fue enviada también a la fiscal general Gali Baharav-Miara, al ministro de Defensa Yoav Gallant, a la Corporación Eléctrica y a la Administración de Planificación y Desarrollo de Infraestructura.
En el texto, los drusos sostienen que el proyecto fue promovido y finalizado sobre la base de un plan presentado por la empresa contratista Energix sin consultar previamente a los propietarios de las tierras.
Además, aseguran que esa compañía ocultó los acuerdos de arrendamiento de terrenos existentes con el pretexto del secreto comercial y la protección de la privacidad de los firmantes.
En consecuencia, el abogado exigió que Netanyahu suspenda el proyecto en vista del “daño irreparable causado a los terratenientes y la necesidad de restablecer el orden público”.
El proyecto para levantar docenas de turbinas eólicas desató airadas protestas, en especial la ocurrida el 21 de junio último, cuando resultaron heridos numerosos manifestantes y policías.
Netanyahu “envió a (titular de Seguridad Nacional Itamar) Ben Gvir a declarar la guerra a los drusos”, denunció el fin de semana el líder de esa minoría, jeque Muwafak Tarif.
¿Quién es Netanyahu? Le enseñaremos quiénes somos. Estamos listos para la guerra, advirtió ante cientos de seguidores durante una manifestación en el norteño poblado de Kafr Yasif.
Días atrás, el jefe del Consejo Dalit al-Carmel, Rafik Halbi, alertó que la situación podría empeorar y provocar una Intifada, como se les conoce a los levantamientos populares palestinos contra la ocupación.
En la llamada Guerra de los Seis Días, en 1967, el ejército israelí ocupó mil 200 kilómetros cuadrados de los mil 800 que abarca el Golán sirio.
Desde entonces, los sucesivos gobiernos de este país se niegan a retirarse del área pese a varias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el tema y de las críticas de la comunidad internacional.
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