La capital, el departamento de Canelones y el área metropolitana están bajo emergencia hídrica mientras los meteorólogos siguen sin avizorar lluvias en el horizonte cercano.
El presidente Luis Lacalle Pou reconoció la víspera que si no llueve en las próximas semanas habrá un período de tiempo en la cual el agua corriente que entrega Obras Sanitarias del Estado (OSE) «no sea bebible».
Actualmente el producto que OSE suministra por las tuberías es bebible pero no potable, según la definición del Ministerio de Ambiente.
“Estamos tratando de manejar lo mejor posible las reservas que tenemos y haciendo una obra que va a llevar 30 días. La pregunta inmediata es: ¿cuántos días de agua bebible quedan y cuántos días demora la obra? Si no llueve, va a haber un lapso en el cual el agua no sea bebible”, dijo el presidente.
Lacalle Pou acotó que esa agua sirve para lavar, para bañarse, y el saneamiento, aunque no para tomarla.
Admitió que a corto plazo la crisis hídrica no tiene «soluciones de fondo» posibles. «Tiene que llover», enfatizó.
La mayoría de la población está consumiendo agua embotellada y el gobernante recordó que medio millón de habitantes del área metropolitana van a recibir dos litros de ese producto diariamente.
Señaló además la exoneración impositiva del agua envasada, que debe reducir su precio en los comercios y supermercados.
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