Conocido ya por su postura y discurso antiinmigrante, el también candidato a la nominación de su partido para las elecciones de Estados Unidos en 2024, rubricó algunas de las medidas más duras en el país dirigidas hacia ese sector.
La Ley SB1718, por ejemplo, prohíbe emplear a extranjeros que no tengan sus papeles en regla y en caso contrario a los empleadores podría acarrearles fuertes sanciones por dar trabajo a “extranjeros no autorizados”.
Según la medida, también quien transporte a alguien que entró de forma irregular al territorio nacional enfrentará una condena de hasta cinco años de cárcel o una multa de cinco mil dólares por persona.
La ordenanza provocó diversas reacciones en un estado que en las elecciones de medio término del pasado mes de noviembre se tiñeron totalmente de rojo (color que identifica a los republicanos).
Citado por la cadena CNN, Neza Xiuhtecutli, de la Asociación de Trabajadores Agrícolas de Florida, advirtió que a algunos inmigrantes les preocupa quedar más vulnerables y expuestos a la explotación.
Otras legislaciones que entraron en vigor con el primer día de julio en el llamado Estados del Sol son la HB 543, la cual da rienda al uso de armas de fuego cuando el país vive una crisis en ese sentido.
Esta ley no cuestiona el porte ni pide permiso especial para llevarlas ocultas en lugares públicos, aunque estableciera determinadas restricciones.
Además, los pedófilos podrían enfrentar pena de muerte, se vetará el aborto después de las seis semanas de embarazo y no será posible que los baños públicos los utilicen aquellos de género diferente al indicado en los mismos.
De llegar a la presidencia, el émulo del exmandatario Donald Trump (2017-2021) prometió avanzar con el muro fronterizo, poner fin a la ciudadanía por nacimiento, y ejecutará deportaciones masivas de indocumentados.
Igualmente conectó el narcotráfico y la inmigración, por lo que entre sus planes está enviar al Ejército a la frontera y declarar una emergencia nacional.
Lo que propone DeSantis es similar a las agenda de Trump en 2016 y para algunos críticos el peligro el próximo año está no en el exgobernante que quiere repetir en el sillón ejecutivo, sino que se imponga un trumpista más inteligente.
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