Así quedó evidenciado en el simposio internacional “50 años de Caricom: logros y desafíos de la unión caribeña”, organizado por el Ministerio para las Relaciones Exteriores y que tuvo como orador especial al primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves.
El gobernante reflexionó sobre la creación, perspectiva, logros y retos de ese grupo de países, y a modo filosófico manifestó que “solo el futuro es nuestro para moldearlo, porque el presente es pasado”.
Gonsalves demandóla solidaridad mutua entre Latinoamérica y el Caribe, y subrayó que “no podemos resolver los retos de la guerra y la paz, el hambre y las pandemias” sin ese respaldo.
“Como único podemos no dañar el mañana es mantenernos unidos y en solidaridad”, remarcó el también presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
El canciller venezolano, Yván Gil, habló de la Revolución de Haití y de su inspiración para la región, que se convirtió en un territorio rebelde y revolucionario que echó al colonialismo y al imperialismo para construir un destino común.
La “única alternativa que tenemos es marchar unidos”, y por ello, dijo, el surgimiento de la Celac y de Caricom.
En su ponencia, el vicecanciller Raúl Li Causi explicó la evolución de ese bloque desde su surgimiento el 4 de julio de 1973 y cómo con el paso del tiempo los desafíos se transformaron.
Interrogado por Orbe sobre este medio siglo de creación y la perspectiva de ese mecanismo, el viceministro afirmó que ellos están cada vez más claros que en la integración está la principal fortalezacomo países pequeños, pero también con Latinoamérica.
Recordó que Caricom surgió con una visión sobre todo comercial, arancelaria, y luego evolucionó a un concepto de comunidad, pero “ahora tiene otros retos y desafíos que no tenía en ese momento”.
Si en los años 90 del siglo pasado y comienzos del XXI los retos fueron principalmente de armonización de la política exterior, hoy, dijo, tiene otros asociados al cambio climático, el acceso a financiamientos para alcanzar la soberanía alimentaria y energética, y mantenerse en el debate permanente de la geopolítica mundial.
(Tomado de Orbe)