Ahora es un momento muy, muy difícil para ellos, expresó Bauer, citado por la televisión en esta capital.
Una ofensiva siempre es muy complicada, no es pan comido, nunca será así, añadió.
Más temprano, representantes de la administración del presidente estadounidense, Joe Biden, afirmaron que consideran aleccionadores los resultados de las dos primeras semanas de la llamada contraofensiva ucraniana.
Aunque Washington insta oficialmente a la paciencia cuando habla sobre el resultado de la ofensiva, altos funcionarios estadounidenses en conversaciones privadas a menudo expresan su preocupación por el lento progreso.
De acuerdo con el Ministerio de Defensa de la Federación de Rusia, las Fuerzas Armadas de Ucrania realizan intentos ofensivos fallidos desde el 4 de junio.
El 22 de junio, el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolai Patrushev, indicó que la pérdida de personal de las Fuerzas Armadas de Ucrania desde el comienzo de la contraofensiva superó los 13 mil soldados.
Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, enfatizó recientemente que las UAF no han tenido éxito en ninguna dirección.
En febrero del año pasado, la Federación de Rusia lanzó una operación militar especial en Ucrania para defender las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, reconocidas por Moscú como Estados soberanos, frente al genocidio por parte de Kiev.
Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según el mandatario, es la desmilitarización y la desnazificación de Ucrania.
La presión de las restricciones de Occidente sobre Rusia aumentó después de que el gigante euroasiático oficializara el 30 septiembre la incorporación de las repúblicas de Donbass y las provincias de Jersón y Zaporizhzhia, tras los referendos en estos territorios.
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