Funke, experto en extremismo de derecha de la Universidad Libre de Berlín, abogó por una nueva estrategia integral para contrarrestar al AfD.
Citado por la televisión local, el investigador consideró correcto aislar a la formación porque es un partido de extrema derecha que quiere otro gobierno autocrático y racista.
El entendido en el tema se refirió al caso Sonnenberg, en el estado oriental de Turingia, donde Robert Sesselmann, del AfD, obtuvo el 52,8 por ciento de los votos en una segunda vuelta para convertirse en administrador del distrito, un puesto equivalente a un alcalde.
Su victoria sobre Jurgen Kopper, de la Unión Demócrata-Cristiana (CDU) sacudió el panorama político germano, en un momento en que la AfD, abiertamente xenófoba e islamófoba, ve cómo sus cifras en las encuestas alcanzan niveles récord.
Desde su fundación en 2013, los puntos de vista radicales y de extrema derecha del ente hicieron que los principales partidos se negaran formalmente a cooperar con él.
Sin embargo, la plataforma alternativa alemana encuentra cada vez más espacio en medio del creciente descontento público con la coalición gobernante de centro-izquierda de socialdemócratas, Verdes y Demócratas Libres del canciller federal Olaf Scholz.
Durante meses, el Gobierno se vio involucrado en luchas internas sobre cuestiones presupuestarias y de política nacional.
Con alrededor del 19 al 20 por ciento en las encuestas, detrás de la coalición conservadora opositora CDU/CSU, la AfD aprovecha para sí los temores y la ira de los votantes sobre la recesión, la migración y la transición hacia la energía verde.
Sin embargo, Scholz trata de disipar la idea de que las disputas dentro del bloque gobernante han impulsado el ascenso de AfD, y que las luchas internas del Gobierno no dan una buena impresión.
El desafío que enfrentamos en este sentido es más profundo, y sobre todo, hay que esforzarse para asegurar que haya un buen futuro para todos en el país y que se muestre respeto mutuo, sostuvo en declaraciones a la emisora ARD.
Por su parte, Josef Schuster, presidente del Consejo Central de Judíos en Alemania, calificó la victoria de AfD como un momento decisivo que las fuerzas políticas democráticas simplemente no pueden aceptar.
La amenaza de que esa fuerza podría convertirse en un grave peligro para la democracia germana se redobla al tener en cuenta que podrían llegar al poder en áreas del este del país, donde las encuestas indican su posible victoria en tres estados el próximo año.
Esto adquiere más credibilidad con el estudio de la Universidad de Leipzig publicado la semana pasada, que confirmó claras tendencias de extrema derecha en los estados del este de Alemania y advierte que la AfD podría aumentar su influencia allí.
Como quiera que sea, los aún existentes prejuicios de la extrema derecha contra extranjeros y judíos, ligados con la reciente crisis económica y la caída del nivel de vida, será un gran desafío para la democracia germana en un próximo futuro que no debe ser subestimado.
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