Se destaca la confianza en el trabajo que realizan los ministerios de la Defensa Nacional y el de Justicia y Seguridad Pública, por el combate de los grupos delictivos, el principal logro de la actual administración, aseguró el Diario El Salvador.
Los resultados de la última encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) colocan en un alto nivel el trabajo desempeñado por las referidas carteras, las piezas fundamentales en el enfrentamiento a las pandillas.
Defensa Nacional pasó de un nivel de confianza ciudadana del 44.5 por ciento en el tercer año de Gobierno de Bukele al 49.4 por ciento en el cuarto año -que concluyó el 1.° de junio pasado-, con una calificación ciudadana inédita del 8.48 para el mandatario, de acuerdo con el Iudop.
También el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública incrementó del 42.2 al 50 por ciento entre 2022 y 2023, según la encuesta que fue realizada a escala nacional y tiene un nivel de confianza del 95 por ciento, señala la ficha técnica presentada por la casa encuestadora.
Ambas instancias, así como la PNC, juegan un papel protagónico en el combate de las estructuras delincuenciales, emprendido por el gobierno por medio del Plan Control Territorial (PCT), que está en marcha desde junio de 2019, y el régimen de excepción, vigente desde el 27 de marzo de 2022, valora el diario salvadoreño.
Otra dependencia gubernamental bien ranqueada es el ministerio de Educación que también ganó en la estima de la población a su labor pasando de 49 por ciento al 51.7 por ciento, luego de la introducción de reformas educativas, la formación docente, alimentación escolar, acceso a instalaciones modernas y a las nuevas tecnologías.
También destacó la gestión del ministerio de Turismo el cual pasó del 40.9 al 48.8 por ciento entre 2022 y 2023, respectivamente.
En un artículo de opinión del académico y periodista salvadoreño, David Hernández, hay una aproximación al tema que aborda, entre otros asuntos, la guerra a las maras y la corrupción, según él, algo que pertenece a un nuevo tipo de praxis política que se despoja de las viejas mañas del pasado y no le tiembla la mano (a Bukele) para aplicar la justicia.
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