Según el informe del Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea, un colaborador cercano de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el sexto mes de 2023 estuvo un poco más de 0,5 °C por encima del promedio de 1991-2020, superando el récord anterior de junio de 2019.
Las temperaturas de la superficie del mar del Atlántico Norte estuvieron «fuera de serie», dijeron los expertos.
La canícula continuó hasta julio, el mes más caluroso del año, y de acuerdo con datos preliminares la temperatura media mundial a dos metros alcanzó un máximo histórico de 16,88 °C el 3 de julio, rompiendo el récord diario anterior de 16,80 °C de agosto de 2016.
“El calor excepcional de junio y principios de julio se produjo al comienzo del desarrollo de El Niño, que se espera que alimente aún más el calor tanto en la tierra como en los océanos y conduzca a temperaturas más extremas y olas de calor marinas”, destacó el profesor Chris Hewitt, director de Servicios Climáticos de la OMM.
Añadió que “estamos en un territorio desconocido y podemos esperar que caigan más récords a medida que El Niño se desarrolla más y estos impactos se extenderán hasta 2024”, lo que calificó de “noticia preocupante para el planeta”.
De acuerdo con Copernicus, el calor en el Atlántico Norte es causado por una combinación de circulación anómala a corto plazo en la atmósfera y cambios a largo plazo en el océano, y no está ligado a El Niño, que se desarrolla en el Pacífico tropical.
Se experimentaron temperaturas récord de junio en el noroeste de Europa, y en partes de Canadá, Estados Unidos, México, Asia y el este de Australia fueron significativamente más cálidas de lo normal.
Mientras, hacía más frío de lo habitual en el oeste de Australia, Estados Unidos y Rusia.
En tanto, el hielo marino antártico alcanzó su nivel más bajo en junio desde que comenzaron las observaciones satelitales, un 17 por ciento por debajo del promedio, rompiendo el récord anterior en ese mes por un margen sustancial.
A lo largo del mes, la extensión diaria del hielo marino antártico se mantuvo en valores bajos, sin precedentes para la época del año.
La extensión del hielo marino del Ártico estuvo ligeramente por debajo del promedio, pero muy por encima de los valores de junio de los últimos ocho años.
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