Las reservas de Paso Severino, el embalse desde el cual Obras Sanitarias del Estado (OSE) suministra agua corriente, siguieron bajando su caudal y la víspera quedaron en un millón 117 mil 482 metros cúbicos de una capacidad total de 170 millones.
A la par sigue a la baja el consumo de agua en la región donde rige la emergencia hídrica: Montevideo, Canelones y la zona metropolitana.
Por estos días el agua que abastece a esta región se compone de diferentes fuentes y, de acuerdo con el aporte de cada una, se realiza la extracción para lograr una determinada calidad del líquido, acorde a los parámetros establecidos por el Ministerio de Salud Pública (MSP).
El consumo diario de esta zona oscila en poco más de 500 mil metros cúbicos. De ese total, 150 mil provienen del río Santa Lucía, 200 mil de aguas abajo del embalse Belastiquí (agua salobre) y 150 mil de la reserva de Paso Severino.
OSE realiza diferentes acciones para mantener la distribución con la calidad del agua establecida, con elevados parámetros de cloruros y sodio que la hacen no potable, pero bebible. Según esa empresa pública y el MSP, por el momento los cambios en la composición del agua han sido coyunturales y no implican la necesidad de modificar las recomendaciones a la población.
Las autoridades sanitarias exhortaron a embarazadas, bebes y pacientes de diversas enfermedades crónicas de abstenerse de consumir el agua del grifo y beber la embotellada.
A propuesta del gobierno fueron eliminados temporalmente los impuestos a este hoy codiciado producto, que a la vez facilita su acceso a personas vulnerables, tanto por razones de salud como por su condición económica.
Mientras tanto, el Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) dio cuenta de los registros de precipitaciones caídas, que «alivian» pero no resuelven la crisis, según dijo el secretario de la Presidencia de la República, Álvaro Delgado.
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