Cine de autor, intimista, la obra corre entre varias historias y situaciones que se mezclan mostrando el devenir de personas que ríen y lloran -esto último más- ante los «puñetazos», al decir de uno de los personajes, que da la vida.
Una cinta coral que muestra algunas de las problemáticas que enfrentan cubanos de diversas edades hoy, el envejecimiento de la población, la soledad, la migración, las dificultades con la vivienda, la droga y el VIH/sida.
El guión de Amilcar Salatti -Premio SGAE de Guión para Largometraje Julio Alejandro 2018-, refleja diversos dramas que guarda tras la puerta de su casa cualquier familia cubana.
Sin embargo, no es una película triste, porque Gil encontró soluciones creativas para que AM-PM transcurra también entre risas y finales felices para determinados personajes, sin ser complaciente con el público.
Como dijera en la presentación del filme el poeta y cineasta Victor Casaus, esta obra sobre la condición humana aborda un día común, si es que existen los días comunes, de personas que buscan la felicidad o que necesitan apartar la soledad.
Es una mirada a la Cuba de hoy, con los microdramas humanos que enfrentamos cada día, dijo sobre el Largometraje producido por el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos.
Al dirigirse al público, Alejandro Gil agradeció al equipo de realización, de producción y de actores por el trabajo logrado en medio de las dificultades y peligro que implicó la filmación en 2021, en medio de la pandemia de Covid-19.
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