Según la fuente, los militares enviaron anoche una carta al ministro de Defensa, Yoav Galant, para patentizar su rechazo a la propuesta del gobierno ultraderechista de Benjanin Netanyahu, que provocó una ola de protestas desde principios de año.
Los contestatarios advirtieron que “en los últimos meses, el contrato entre el estado y el ciudadano, basado en la Declaración de Independencia, ha sido violado una y otra vez” por el Ejecutivo.
Estamos luchando por la imagen de Israel y vamos a defender el poder judicial, escribieron.
Anoche decenas de miles de manifestantes salieron a las calles por enésima ocasión para rechazar el proyecto, que restringiría la capacidad del Tribunal Supremo para rechazar leyes al permitirle al Parlamento volver a legislar normativas impugnadas por ese órgano.
El plan, además, permitiría al Ejecutivo de extrema derecha controlar el nombramiento de los magistrados.
Como parte de la protesta, miles de personas se concentraron frente a la casa de Galant, quien en el pasado ya criticó la iniciativa públicamente.
La iniciativa provocó un terremoto político en esta nación y un creciente malestar en las Fuerzas Armadas.
La pasada semana más de 100 reservistas de la Fuerza Aérea (IAF) anunciaron su negativa a servir si se aprueba cualquier parte del plan.
En marzo 200 pilotos en la reserva también rechazaron presentarse al servicio y un mes antes hicieron lo mismo otros 37, pertenecientes al 69 escuadrón de cazas, uno de los más elitistas de la IAF.
Poco después, una decena de excomandantes de la Fuerza Aérea criticaron en una carta la propuesta gubernamental,
La misiva fue firmada, entre otros, por los generales Dan Tolkovsky y Amikam Norkin y solo faltaron las rúbricas de los cuatro antiguos comandantes del cuerpo ya fallecidos.
Cientos de reservistas del Ejército también se negaron a presentarse al servicio activo, incluidos miembros de la División de Operaciones Especiales de Inteligencia Militar y de las unidades de guerra cibernética.
Desde principios de este año la reforma generó intensas críticas públicas y una feroz oposición en la nación, donde son sistemáticas las protestas masivas en medio de las advertencias de economistas, profesionales del derecho, académicos y funcionarios de seguridad.
Empresarios, estudiantes, políticos, trabajadores de diversos sectores y hasta militares en activo criticaron la normativa, defendida por la derecha y sectores conservadores.
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