“Nos obligan a dormir en lugares poco dignos”, expuso en declaraciones a la prensa la presidenta del Centro de Apoyo para las Trabajadoras de Hogares Particulares, Marta Turcios.
Nos marcan en qué platos debemos comer. En la capital, los salarios alcanzan los 800 quetzales mensuales (alrededor de 100 dólares), mientras que en el interior del país se sitúan en 400, muy por debajo de lo mínimo establecido por ley, añadió.
El grupo recorrió buena parte de esta mañana dominical desde la céntrica plaza El Obelisco hasta el monumento Juan Pablo II, en la Avenida Las Américas, con pancartas con “Cocinamos tus alimentos”, “cuidamos de tus hijos”.
“Cuidamos tus mascotas”, “violan mis derechos” y “no me das días de descanso”, señalaron en otras frases exhibidas durante el trayecto.
El sector de las trabajadoras domésticas en esta nación centroamericana se caracteriza por la falta de formalidad, de protección social y salarios bajos.
Analistas advierten sobre la necesidad de políticas y regulaciones laborales a favor de este grupo, con protecciones básicas, horas de trabajo regulares, días de descanso remunerado y acceso a la seguridad social.
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