La persona asesinada no era un líder de primera línea y tampoco tenía nacionalidad extranjera como lo mencionó el comunicado emitido por el Comando Central de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos (Centcom), afirmaron las fuentes citadas por el diario Al-Watan.
Aclararon que el individuo abatido en la redada norteamericana se llamaba Hammam Yasser Al-Khader, y no Abu Usama Al-Mujaher, como alegó el Pentágono .
El Centcom informó la víspera que llevó a cabo un ataque con drones el 7 de julio en el este de Siria, en el cual mató a un líder del autodenominado Estado Islámico, Usama Muhajir.
El Comando no dio detalles exactos sobre cómo las fuerzas militares estadounidenses confirmaron la identidad del líder terrorista abatido.
En septiembre del 2022, las fuerzas de seguridad sirias desmintieron la versión anunciada por el ejército de Estados Unidos sobre la muerte del líder del Estado Islámico, Abu al-Hassan al-Hashemi al-Quraishi, y aseguraron que el mismo murió en una operación llevada a cabo por el Ejército en la ciudad de Jassem en la provincia de Deraa, en el sur del país.
Bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo, Estados Unidos tiene en Siria al menos una docena de bases, en su mayoría en los campos de petróleo y gas en la región nororiental de Al-Jazzira, principalmente en Hasakeh, mientras mantiene una en la zona de Tanef en la frontera con Iraq para impedir cualquier comunicación terrestre entre estos dos países.
El Gobierno de Damasco denunció repetidamente esta presencia ilegal a la cual calificó de ocupación, y aseguró que las acciones norteamericanas en Siria incentivan la actividad terrorista y apuntan a desestabilizar a la nación y saquear sus riquezas.
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