«Camboya sufre el dolor de las municiones en racimo lanzadas por Estados Unidos hace medio siglo, pero que aún no hemos encontrado la manera de destruirlos a todos», rememoró el jefe de Gobierno en un mensaje difundido en su canal oficial de Telegram.
Hun Sen dijo sentirse alarmado por la noticia de que Estados Unidos suministraría municiones en racimo a Ucrania para luchar contra el ejército ruso y advirtió que si eso es cierto podría ser el mayor peligro para el pueblo ucraniano durante décadas o incluso cientos de años.
Según expertos locales, a principios de la década de 1970 las tropas estadounidenses lanzaron más de 30 millones de municiones en racimo sobre Vietnam Laos y Camboya, donde unos 700 kilómetros cuadrados de su territorio todavía permanecen contaminados.
El mandatario estadounidense, Joe Biden, dijo la semana pasada que enviaría este tipo de armamento a Ucrania, lo que desató de inmediato una ola de críticas y alertas de ONGs, organismos internacionales y varios países.
Las llamadas bombas de racimo explotan en el aire sobre un objetivo, liberando decenas de explosivos más pequeños que presuntamente deberían estallar al impactar contra el suelo, pero algunos no explotan y crean un problema de seguridad para la población civil a largo plazo.
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