Las instalaciones, ubicadas en la Cordillera de Los Andes, a tres mil 220 metros sobre el nivel del mar, fueron abiertas el 7 de julio luego de dos semanas de inactividad por un fenómeno meteorológico que dejó inundaciones, derrumbes y cortes de carreteras.
Durante los cuatro días anteriores funcionó de manera parcial, alternando los viajes en uno y otro sentido y con prioridad para los camiones de carga acumulados en ambos lados de la línea de demarcación.
Un comunicado de los responsables del sistema en los dos países señala que a las 12:00 (hora de Chile) dejarán de trabajar los servicios de migración y aduanas y dos horas más tarde se cerrará el túnel internacional.
La reapertura dependerá de la evolución de las condiciones climáticas y se informará al público en la página digital del cruce y sus redes sociales, precisa el texto.
El lugar recibe su nombre porque precisamente allí ocurrió un hecho histórico hace más de 200 años, cuando las fuerzas militares comandadas por José de San Martín y Bernardo de O’Higgins cruzaron la cordillera para culminar la independencia de Chile.
Los cinco mil hombres del Ejército de Los Andes realizaron esa proeza entre el 12 de diciembre de 1816 y el 8 de febrero de 1817.
Entre los años 50 y 70 del siglo pasado numerosas personas utilizaban precarios caminos para cruzar de un país a otro.
Fue hasta 1977 que se creó el primer Complejo Fronterizo los Libertadores y tres años después entró en funcionamiento el túnel binacional.
En la actualidad más de un millón y medio de personas lo utilizan cada año y según el servicio de Aduanas de Chile, por allí transita el 47,7 por ciento de la carga transfronteriza.
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