Entre las víctimas fatales del derrumbe del edificio, localizado en el distrito de Matoto, aparecen un menor y cinco adultos, estos últimos trabajadores de la construcción.
A falta de precisiones sobre cuántas personas estaban en el inmueble en el momento del desastre, rescatistas profesionales buscan sobrevivientes entre los escombros custodiados por miembros de la Policía y la Gendarmería que rodean el lugar del siniestro.
El edificio, cuya quinta planta recién fue dada por completada, era parte de un plan de social de viviendas auspiciado por el Gobierno para alojar a empleados del sector público y era construido por una compañía privada.
La nueva catástrofe refuerza versiones que circulan entre la población sobre corrupción en el Ministerio de Viviendas y Planificación Urbana, el ente encargado de supervisar la calidad del sector de la construcción que cierra los ojos a violaciones y calidad de los materiales.
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