Todos debemos trabajar por la unidad y el fortalecimiento de nuestro pueblo para construir un estado independiente con Jerusalén Este como capital y lograr el retorno a casa de millones de compatriotas, afirmó Abbas ante miles de palestinos en el campamento de refugiados de Jenin.
Permaneceremos firmes en nuestra tierra, no nos iremos y no aceptaremos agresiones de nadie, advirtió.
“Somos una sola autoridad, un solo estado, una sola ley, y una sola seguridad y estabilidad. Cortaremos la mano que obstaculice la unidad y seguridad de nuestro pueblo”, subrayó.
Abbas visitó este miércoles la norteña ciudad de Jenin y el vecino campamento de refugiados, devastado por una ofensiva israelí de dos días que provocó la muerte de 12 ciudadanos y un militar.
Al respecto, aseguró que el campamento de refugiados de Jenin es un símbolo de lucha, firmeza y desafío ante los crímenes israelíes.
Asimismo, destacó que esa localidad resistió la agresión y recordó a las víctimas mortales de la operación castrense, a quienes calificó de mártires.
A su llegada a la urbe, el mandatario fue recibido por el primer ministro Muhammad Shtayyeh, funcionarios del gabinete y el gobernador de Jenin, Akram Rajoub, así como por representantes de organizaciones de la sociedad civil.
Abbas estuvo acompañado por el secretario del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina, Hussein Al-Sheikh; el jefe del Servicio General de Inteligencia, general Majed Faraj, y su asesor Majdi Al-Khalidi.
Poco después, el dirigente palestino depositó una ofrenda floral sobre las tumbas de los mártires en el nuevo cementerio en el campamento de refugiados de Jenin.
Según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, parte de esa localidad continúa sin acceso al agua una semana después de la destrucción de la red de abastecimiento local por parte de los militares israelíes.
Indicó que allí viven 23 mil 600 personas, incluidos siete mil 150 menores de edad.
La destrucción de unos 3,9 kilómetros de carreteras por parte de las fuerzas israelíes en el campo de refugiados y sus alrededores dificultó el acceso de los vehículos, incluso a los servicios esenciales, lamentó.
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