“Podemos decir que a la altura de la tradición de fraternidad de siglos que ratificamos permanentemente”, precisó en entrevista a Prensa Latina.
Mayta asistió la víspera a la puesta en escena de la obra ¡Juana Vive!, con la cual ambas naciones cerraron una semana de celebraciones patrias.
La pieza fue interpretada por los artistas argentinos Luisa Kuliok y Roberto Romano, y su escenificación coincidió con el aniversario 243 del natalicio de Juana Azurduy, heroína nacida en Chuquisaca, quien combatió en las filas independentistas argentinas.
“Este año pudimos suscribir un tratado precisamente de hermandad, de integración entre nuestros pueblos que denominamos Juana Azurduy. Es una muestra de los vínculos entre nuestros pueblos, que rebasa las estructuras del Estado”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores a esta agencia de noticias.
Mayta resaltó que en Argentina existe una importante comunidad de bolivianos y las dos naciones están en un constante intercambio, que valoran y celebran prácticamente en la cotidianidad.
Significó que es esa hermandad latinoamericana a la cual corresponde defender los derechos de estos pueblos y sus libertades, “ante arremetidas y discursos de la ultraderecha que lo único que pretenden es capturar el poder y perpetrar de esa forma la expoliación de las riquezas de nuestro continente”.
El 4 de julio, Bolivia y Argentina firmaron el Tratado Juana Azurduy de Hermandad, Integración y Cooperación.
Asimismo, sellaron otros tres acuerdos referidos al intercambio de documentación de archivos para el esclarecimiento de graves violaciones a los derechos humanos, asistencia médica binacional y de reconocimiento recíproco y canje de licencias de conducción.
Firmado por los dignatarios de Bolivia y Argentina, Luis Arce y Alberto Fernández, respectivamente, el Tratado Juana Azurduy de Hermandad promueve la integración y cooperación bilateral.
Mayta y su par Santiago Cafiero, en tanto, estamparon su rúbrica en tres acuerdos, entre ellos el que establece el intercambio de documentación de archivos para el esclarecimiento de graves violaciones de los derechos humanos.
Este último texto genera esperanzas en las decenas de miles de personas y sus familiares, que sufrieron la represión impuesta en Sudamérica en las décadas de 1970 y 1980 durante el denominado Plan Cóndor, ejecutado por las dictaduras militares con el beneplácito de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos.
Interrogado por Prensa Latina acerca de la próxima Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea, Mayta sostuvo que se trata de un momento importante.
“Tenemos la esperanza de que pueda marcar un punto de inflexión, una nueva forma de relacionamiento entre estas dos importantes regiones de la comunidad internacional”, expresó.
Advirtió el Canciller que “vivimos tiempos complejos de construcción de un nuevo orden mundial, y es una buena oportunidad para repensar ese relacionamiento”.
Señaló que “venimos de una historia de colonialismo europeo, con una relación absolutamente asimétrica, y ahora es un buen momento para que esos nexos puedan repensarse”.
Mayta expresó la esperanza de que este encuentro constituya un momento de inicio de un proceso, que se irá forjando en el transcurrir de los próximos años.
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