La instalación está ubicada en la Cordillera de los Andes, a más de tres mil metros de altura sobre el nivel del mar, y es habitual que durante la temporada del invierno austral deba suspender sus actividades.
El paso Los Libertadores estuvo cerrado durante dos semanas debido a un evento meteorológico que provocó severas pérdidas en Chile y el 7 de julio comenzó de nuevo a operar de manera parcial.
Sin embargo el martes reciente debió interrumpir las labores por la entrada de un frente frío que causó la caída de abundante nieve en ambos lados de la frontera.
De acuerdo con el delegado presidencial en la provincia de Los Andes, Cristian Aravena, unos ocho buses con casi 400 pasajeros que venían desde Argentina y pasaron el túnel binacional quedaron atrapados del lado chileno.
Los vehículos, dijo el funcionario, no estaban equipados para hacer el descenso por la cordillera en medio de la nieve y debieron esperar hasta ayer por la tarde cuando mejoró ligeramente el tiempo.
Respecto a las posibilidades de una reapertura durante la jornada de este jueves, Aravena señaló que las decisiones las toma un equipo técnico chileno-argentino después de hacer una rigurosa inspección.
Declaró que la carretera desde la comuna de Los Andes hasta el cruce está considerada como la sexta más peligrosa del mundo y por lo tanto la seguridad es el elemento más importante a tomar en cuenta.
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