Tras firmar el proyecto de ley, aprobado por el Congreso Nacional, que crea Mi Casa, Mi Vida, Lula aseguró que resulta necesario que el Estado promueva esa reparación habitacional.
Una vez, señaló, que personas de clase media y alta tienen la opción de pagar alquiler, mientras que los más pobres muchas veces no tienen esa posibilidad.
Precisó que entregar casas de calidad es fundamental y no es digno ofrecer viviendas pequeñas y precarias.
«No podemos señalar que si usted vive en una situación de penuria, aceptará cualquier cosa», apuntó el exsindicalista.
Destacó la importancia de velar por la calidad de las viviendas destinadas a la población más pobre del país, pues a «todos les gustan las cosas bien hechas y con un cierto nivel de calidad».
Mi Casa, Ni Vida es el mayor programa de vivienda popular jamás ejecutado en Brasil.
Gestionado por el Ministerio de las Ciudades, fue creado en 2009, y entregó hasta la fecha más de seis millones de viviendas. Para 2026, el objetivo es contratar a otros dos millones de hogares por el programa.
En el primer semestre, hasta el 3 de julio, la iniciativa entregó 10 mil 94 unidades habitacionales en 14 estados.
La previsión de entrega para los próximos seis meses es de más de ocho mil moradas y la reanudación de 21,6 mil obras.
También en su intervención en el Palacio del Planalto, sede del Poder Ejecutivo, Lula aseguró que la relación del gobierno con el Congreso Nacional vive el mejor periodo de las últimas décadas.
Ponderó la oportunidad histórica que tiene el gigante sudamericano de aprovechar este momento para avanzar las agendas de interés nacional.
De igual manera, el gobernante aclaró que Brasil no pertenece solo al Partido de los Trabajadores o a él mismo, sino a todos los brasileños.
Para Lula, las personas perciben el momento transformador que el país atraviesa y subrayó que, si cuidan con atención el escenario político, ésta podrá ser la década de Brasil.
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