El complejo está ubicado a más de tres mil metros de altura sobre el nivel del mar y la carretera que llega hasta allí en el lado chileno es muy sinuosa y está sujeta a la acción de las lluvias, la nieve y los deslizamientos de tierra y piedras.
A partir de este jueves el tránsito quedó abierto a automóviles, buses y camiones de carga, pero sólo en un sentido a la vez hasta tanto finalicen las reparaciones por los estragos causados durante un reciente sistema frontal.
Por mutuo acuerdo hoy sólo se permite el flujo en la dirección de Chile hacia Argentina, en espera de que el Ministerio de Obras Públicas informe si los trabajos quedarán concluidos el viernes 14 de julio como había prometido.
El delegado presidencial en la provincia de Los Andes, Cristian Aravena, destacó que el criterio fundamental en el funcionamiento de la instalación transfronteriza es la seguridad de las personas.
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