“Después de tres semanas de hostigamiento, intimidación y agresiones físicas, las familias que vivían en Al-Baqa’a no tuvieron más remedio que irse”, criticó en un comunicado Caroline Ort, directora del NRC para Palestina.
Ort afirmó que esos extremistas cuentan con el apoyo tácito, y a veces explícito, de los funcionarios del gobierno israelí.
Intimidan y atacan a las comunidades palestinas con el objetivo expreso de desplazarlas, eso es una violación del derecho internacional y debe cesar, subrayó.
La activista acusó a las autoridades israelíes de crear un ambiente cada vez más coercitivo para presionar a los residentes de Al-Baqa’a.
La expansión de las colonias, así como las restricciones de planificación y zonificación limitaron la libertad de movimiento de esas personas, incluido el acceso a las tierras de pastoreo, afirmó.
Hacemos un llamado a la comunidad internacional para que exijan responsabilidad por la violencia de los colonos, instó Ort.
Con demasiada frecuencia solo escuchamos condenas y condolencias, pero no es suficiente, necesitamos hechos concretos para poner fin a esta impunidad, manifestó.
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