Aunque muy por debajo de su caudal, esa presa alcanzó los dos millones y medio de metros cúbicos en una semana de ascenso continuo, alimentada por las lluvias de los últimos días.
“Las perspectivas son buenas en cuanto a las condiciones de la reserva de agua”, dijo el subsecretario del Ministerio de Ambiente, Gerardo Amarilla.
Explicó que sigue llegando agua para recuperar el caudal con las últimas precipitaciones que escurren desde los afluentes.
Mientras, la empresa Obras Sanitarias del Estado (OSE) cerró las compuertas de Paso Severino y abastece la zona capitalina con el líquido que toma directo del rio Santa Lucía, también beneficiado.
El viceministro de Ambiente apuntó que desde esa cartera esperan que mejore la calidad del vital líquido, “porque en definitiva hay más agua dulce en toda la cuenca”. Refirió además que la obra en curso para conectar el rio San José con el Santa Lucía y, por ende, con la represa está “a buen plazo”.
“OSE tiene todas los implementos en la planta (potabilizadora) de Aguas Corrientes para tratar el agua y dejarla en perfectas condiciones para el consumo humano”, aseveró.
El agua que hoy sale por el grifo en el área capitalina tiene altos parámetros de cloruros y sodio. Es bebible, pero no potable, según la definición del ministro de Ambiente, Robert Bouvier.
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