Y es que hace ya más de un lustro en esa añeja arteria del casco antiguo hanoyense se exhiben 19 grandes pinturas realizadas por creadores vietnamitas y surcoreanos sobre las paredes de piedra de los arcos abovedados que conducen al emblemático puente de Long Bien.
El proyecto cultural, primero que llevó el arte contemporáneo a las calles de Hanoi, fue inaugurado en septiembre de 2017 en ocasión de conmemorarse el 25 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Vietnam y Corea del Sur.
Los murales reproducen escenas de la populosa calle Hang Ma en la fiesta de Medio Otoño, y también la gran tienda en la calle Trang Tien, donde se vendían productos de primera necesidad por cupones estatales durante el período de subsidios gubernamentales.
No faltan tampoco las pinturas sobre los vendedores ambulantes en un rincón del casco antiguo, el animado patio de una escuela, o de esos artistas de la caligrafía cuyos servicios aún hoy son altamente apreciados, entre otros aspectos de la cotidianidad.
El dibujo de un grifo trae a la memoria de los hanoyenses las interminables filas que en alguna época fue necesario hacer para obtener un poco de agua, mientras una motocicleta dorada —recurrentemente utilizada por los visitantes para tomarse fotos— recuerda que fue precisamente en la calle Phung Hung donde se estableció el primer mercado de estos vehículos en la capital vietnamita.
(Tomado del Semanario Orbe)