En 2022 se vacunó a cuatro millones de niños más que en 2021 y aunque son cifras positivas siguen las grandes carencias, ya que los promedios regionales y mundiales ocultan la persistencia de desigualdades profundas, sobre todo en los países de ingresos bajos, agregó la agencia sanitaria de la ONU.
Durante el pasado año se dejaron de administrar una o más vacunas a más de 20 millones de niños, y casi 15 millones no recibieron ninguna, pero si bien estos números sobre la falta de inmunización son inferiores a los de 2021, son más altas que las anteriores a la pandemia.
Seguimos lejos de alcanzar los objetivos fijados bore la vacunación infantil contra el sarampión, el virus del papiloma humano, la fiebre amarilla y otras muchas enfermedades que podrían prevenirse fácilmente, lo que conlleva un mayor riesgo de epidemias y de sufrimiento para muchos, afirmó el director general de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesus.
De los 75 países en los que se redujo considerablemente la vacunación, solo 15 han recuperado los niveles previos a la pandemia, mientras que en el resto la situación se mantiene estancada o incluso sigue disminuyendo, advirtió.
Ghebreyesus precisó que lo más preocupante es que en los países de ingresos bajos no se aprecian signos de recuperación.
Ante esta situación, la OMS, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y otros asociados, en colaboración con las naciones más afectadas, pusieron en marcha el proyecto denominado La gran puesta al día, con el que pretenden reforzar la infraestructura de inmunización, reinstaurar los servicios en su totalidad y vacunar a los niños desatendidos.
El titular de la OMS enfatizó que la pandemia se cobró un precio muy alto en los países más pobres del mundo y la deuda que han acumulado los atrapará en un ciclo de pobreza, que les impedirá realizar las inversiones en atención de salud que podrían ayudarles a crecer y recuperarse en el futuro.
mem/crc